viernes, 27 de abril de 2012

Lo que no cambia es que todo cambia.

Por: Ángela Lugo.


     Siempre he creído en el destino, por más insolente que este ha resultado ser. Mas de uno cuestiona si estoy cuerda por esperar ese algo que no sé que es. Día a día, de manera disimulada busco en el mar de circunstancias aquella que necesito sin saber. Y es que a pesar de lo bien que todo se encuentre los cambios son algo que nos parece atractivo pero peligroso a la vez.


     Posiblemente, has de haber escuchado de alguien que lo escuchó, al igual que yo, la frase “Todo cambia… lo único que no cambia es el hecho de que todo está cambiando”, y si no, te la presento. Estas cortas palabras dejan cabida a pensar en los constantes cambios a los que estamos expuestos, los cuales, muchos de ellos salen de nuestro control. En cualquiera que sea el caso, el miedo a equivocarnos, al no saber como manejar la situación y a ser criticados, son algunos de los más comunes ante este tipo se situación.

     No abrirnos a la oportunidad del cambio es limitar nuestro potencial. Para crecer, evolucionar, y descubrir nuevas perspectivas es necesario no permitir que nuestros miedos estanquen nuestras voluntades o nos consumirá progresivamente de adentro hacia afuera, haciendo más difícil entregarnos al cambio y abrazar las oportunidades que el futuro nos ofrece.

     El filósofo y matemático, ganador del premio Nobel de literatura Bertrand Russell aconsejaba tener el valor de aceptar resignadamente las cosas que no se pueden cambiar; tener la obstinación suficiente para cambiar aquellas que uno puede cambiar, y tener la inteligencia indispensable para no confundir las unas con las otras.

1 comentarios:

  1. Todo cambia, sin duda. A veces es difícil aceptar que incluso aquellas cosas que creemos que nunca van a cambiar, tarde o temprano (para bien o para mal) cambian.

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