jueves, 3 de mayo de 2012

La única condición: incluirlos.

Por: Mariana Miranda.

     Imaginemos un grupo de niños en un parque, jugando. Pensemos que todos se conocen porque viven en el mismo sector y tienen edades aproximadas que estudian los primeros grados de primaria: ¿Qué vamos a observar? Que todos o la mayoría de los niños se agrupan de acuerdo a sus preferencias, interactuando de manera espontánea entre ellos. Observamos, además, que siempre existirá uno o dos niños que son el centro de atracción y hacia donde se dirigen todos los demás los seguirán, cumpliendo un papel de líder o imán de acuerdo a su simpatía con el grupo. Eso siempre será así. Sin embargo, se podría dar el caso de que exista un niño alejado del grupo, desincorporado, que no muestra ningún tipo de interés por incorporarse, dando muestras de aislamiento, como ensimismado, viviendo en su propio mundo interior.

     Se nos presentan, entonces, dos tipos de conducta que muestra por un lado el o los niños con espíritu gregario, y por el otro el niño aislado, encerrado en su yo que no reacciona ante lo que sucede a su alrededor. Es lo que se conoce como autismo, término que proviene de la palabra griega eaftismos que significa “encerrado en uno mismo” expresión introducida por el investigador Breuler en 1911.
     
     El autismo es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta los primeros años de vida, cuya principal caracterización es la deficiencia en la interacción social y problemas de comunicación. Afecta de dos a diez personas por 10.000 habitantes de todos los niveles sociales.

     Esta condición es un trastorno que comienza antes de los 30 meses de edad y aun se desconocen sus causas. Su diagnóstico es muy complejo, de allí el papel de los padres en la observación del bebé desde su nacimiento es importante. Debe estar atento al grado de sociabilidad, al desarrollo del lenguaje y al uso del juego.

     Siento especial admiración hacia los padres que tienen niños con esta condición, por toda esa dedicación –extra- que les ofrecen.

     Es importante que la sociedad reflexione y se informe sobre esta condición siendo el conocimiento el mecanismo perfecto para demoler barreras sociales que dificultan la inclusión de quienes la padecen a los distintos ámbitos.

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